DEFINICIÓN
La Preeclampsia se define como la presencia de cifras de presión arterial sostenidas por arriba de 140/90 asociada a proteinuria (presencia en la orina de proteínas en una cantidad superior a la normal) en una embarazada con edad gestacional mayor a 20 semanas, si no se trata puede desencadenar complicaciones graves, incluso mortales.
EPIDEMIOLOGÍA
Se presenta alrededor de 3% a 7% de todos los embarazos.
La mayor parte de las mujeres que desarrollan una Preeclampsia no la vuelven a tener en embarazos posteriores. Las mujeres con el riesgo más alto son las que desarrollaron Preeclampsia en su forma severa y en las que se debe inducir el parto antes de la semana 30 de la gestación.
En Preeclampsia leve, el riesgo de recurrencia es del 5%.
CAUSAS
El origen de la Preeclampsia implica varios factores. Actualmente se conoce que este trastorno comienza en la placenta (el órgano que nutre al feto durante el embarazo). En condiciones normales, en las primeras semanas del embarazo, se forman nuevos vasos sanguíneos y estos evolucionan para enviar sangre a la placenta de forma eficiente. Cuando una mujer padece Preeclampsia, estos vasos sanguíneos no parecen desarrollarse o funcionar correctamente. En estos casos, son más angostos que los vasos sanguíneos normales y reaccionan de manera diferente a las indicaciones hormonales, lo cual limita la cantidad de sangre que puede fluir por ellos.
Las causas de esta formación anormal comprenden lo siguiente:
► Flujo de sangre insuficiente al útero.
► Daño en los vasos sanguíneos.
► Problemas en el sistema inmunitario.
► Determinados genes.
FACTORES DE RIESGO
Los factores que pueden llevar a que se desarrolle Preeclampsia incluyen:
► Trastornos autoinmunitarios.
► Problemas vasculares.
► Dieta deficiente.
► Primer embarazo.
► Antecedentes de Preeclampsia.
► Embarazos múltiples (gemelos o más).
► Antecedentes familiares de Preeclampsia.
► Obesidad.
► Edad mayor a 35 años.
► Descendencia afroamericana.
► Antecedentes de diabetes, presión arterial alta o enfermedad renal.
► Antecedentes de enfermedad tiroidea.
CUADRO CLÍNICO
Con frecuencia, una mujer que tiene Preeclampsia no se siente enferma.
Los síntomas de Preeclampsia en su forma no grave pueden incluir:
► Hinchazón de manos y cara u ojos (edema).
► Aumento repentino de peso en un período de 1 a 2 días, o más de 1 kg por semana.
Los síntomas de Preeclampsia grave incluyen:
► Dolores de cabeza que no desaparecen o empeoran.
► Problemas para respirar.
► Dolor abdominal en el lado derecho, debajo de las costillas. El dolor también se puede sentir en el hombro derecho y se puede confundir con acidez gástrica, dolor en la vesícula biliar o comúnmente llamado "dolor en la boca del estómago"
► Disminución en la producción de orina.
► Náuseas y vómitos.
► Cambios en la visión, incluso pérdida temporal de la visión, ver puntos o luces centelleantes, sensibilidad a la luz y visión borrosa.
► Mareo o pérdida del estado de conciencia.
DIAGNÓSTICO
Anteriormente, la Preeclampsia solo se diagnosticaba ante la presencia de presión arterial alta y presencia elevada de proteínas en la orina. Sin embargo, actualmente se considera que es posible tener Preeclampsia aunque no haya proteinuria.
Un valor de presión arterial por encima de 140/90 mmHg es anormal en el embarazo. Tener una segunda lectura de presión arterial anormal cuatro horas después de la primera puede confirmar la sospecha de portar Preeclampsia.
Para diagnosticar Preeclampsia se debe demostrar, después de la 20a semana de embarazo, una presión arterial elevada y una o varias de las siguientes condiciones:
► Presencia de proteínas en la orina (proteinuria).
► Recuento bajo de plaquetas.
► Función hepática deteriorada.
► Signos de problemas renales.
► Presencia de líquido anormal en los pulmones (edema pulmonar).
► Aparición de dolores de cabeza o trastornos en la visión.
TRATAMIENTO
El tratamiento definitivo de la Preeclampsia es la resolución del embarazo (parto/cesárea). El reposo y la medicación para bajar la presión arterial no modifican las anomalías existentes en los vasos sanguíneos de la madre, por lo que no pueden evitar la evolución de la enfermedad. El objetivo del tratamiento es prevenir que la Preeclampsia pueda poner en peligro las vidas de la madre y/o del feto antes de la terminación del embarazo.
EMBARAZO A TÉRMINO:
Si la Preeclampsia se diagnostica cuando la fecha de parto está próxima (a partir de la semana 37), se suele inducir el parto y/o si no avanza o surgen complicaciones, se realizará una cesárea. Los bebés a término no suelen tener riesgo de prematuridad y no suelen precisar cuidados especiales. Así, se minimizan los riesgos que presentaría una progresión de la Preeclampsia tanto en la madre como en el hijo.
EMBARAZO PRETÉRMINO:
Preeclampsia leve: Si todavía faltaran varias semanas para completar el término del embarazo y la Preeclampsia no es grave, será preferible esperar y dar tiempo al bebé para crecer y madurar. En este caso, los exámenes prenatales serán más frecuentes e incluso puede ser necesario recomendar a la madre un reposo relativo.
Es posible que se administren medicinas para disminuir la presión arterial y para prevenir otras posibles complicaciones. También puede ser necesario administrar inyecciones de corticoides para acelerar la maduración de los pulmones fetales. El tratamiento se puede prolongar hasta unas semanas después del parto según la evolución de la enfermedad.
Preeclampsia Severa. Es posible que se administren fármacos para prevenir convulsiones así como puede ser necesario inducir el parto aunque el embarazo no esté a término, para proteger la vida de la madre.
Cuando se decide esperar y retrasar el parto, el seguimiento materno-fetal es mucho más cercano. El cuidado de la madre se realiza determinando su presión arterial, sus funciones renal y hepática y sus recuentos de plaquetas.
El seguimiento del bebé se hace mediante monitorización estrecha. Se le evalúa el crecimiento fetal, su bienestar, sus movimientos, el volumen de líquido amniótico y también el flujo sanguíneo a través del cordón umbilical mediante ecografía.
Tras culminar el embarazo, los signos y síntomas de la Preeclampsia desaparecen entre las 6 - 12 semanas posteriores al parto/cesárea.
POSIBLES COMPLICACIONES
Las complicaciones graves inmediatas en la gestante:
► Problemas de sangrado durante el parto/cesárea.
► Convulsiones (eclampsia).
► Retraso del crecimiento del feto.
► Separación prematura de la placenta del útero antes de que el bebé nazca.
► Ruptura del hígado.
► Accidente cerebrovascular.
► Muerte materna.
► Desarrollar presión arterial crónica / enfermedades renales.
PRONÓSTICO
Los signos y síntomas de Preeclampsia casi siempre desaparecen a las 6 - 12 semanas después del parto. Sin embargo, algunas veces la presión arterial alta empeora en los primeros días posteriores al parto. Si se tuvo el antecedente de haber tenido Preeclampsia severa en un embarazo previo, es más común desarrollarla de nuevo en el siguiente embarazo.
CONCLUSIÓN
La Preeclampsia sigue siendo una de las enfermedades con mayor mortalidad materna y perinatal en el mundo. Es de gran importancia mantener controles prenatales adecuados así como un seguimiento oportuno por el especialista, para identificar la presencia de factores de riesgo, signos y síntomas que nos conlleven a un posible diagnóstico y tratamiento adecuado a fin de evitar complicaciones maternas que pongan en riesgo la vida de la paciente gestante.