CLAMIDIA E INFERTILIDAD

Los factores que aumentan el riesgo de contraer Chlamydia trachomatis incluyen:

► Ser sexualmente activo antes de los 25 años.

► Tener múltiples parejas sexuales.

► No usar preservativo regularmente.

► Tener antecedentes de infecciones de transmisión sexual.

Las infecciones por Chlamydia trachomatis en etapa temprana, a menudo causan pocos signos o síntomas e incluso algunos pacientes pueden ser asintomáticos.

Los signos y síntomas de la infección por Chlamydia trachomatis pueden incluir:

► Micción dolorosa.

► Flujo vaginal persistente.

► Dolor durante las relaciones sexuales en mujeres.

► Sangrado entre períodos menstruales y después de la actividad sexual.

► La Clamidia trachomatis también puede infectar el recto ocasionando dolor, secreción y/o sangrado rectal. También se puede contraer infecciones oculares por Clamidia (conjuntivitis) a través del contacto con líquidos corporales infectados.

► En los hombres puede haber secreción del pene y dolor testicular.

Se recomienda realizar exámenes  especiales para la detección de Clamidia en los siguientes casos:

► Mujeres sexualmente activas de 25 años o menos. La tasa de infección por Clamidia es mayor en este grupo, por lo que se recomienda un examen de detección cada año.

► Mujeres embarazadas. Se sugiere realizar el análisis para detección de Clamidia durante la primera consulta prenatal.

► Mujeres y hombres en alto riesgo. Las personas que tienen múltiples parejas sexuales, que no usan preservativo o los hombres que tienen relaciones sexuales con hombres, es necesario considerar la posibilidad de realizar exámenes de detección para Clamidia con mayor frecuencia.

El examen de detección y el diagnóstico de la Clamidia son relativamente simples.

Estas pruebas incluyen:

► Análisis de orina. Se procesa una muestra de orina en el laboratorio para detectar la presencia de esta infección.

► Exudado Cervicovaginal. En el caso de las mujeres, se toma una muestra de flujo del cuello del útero para realizar un cultivo o un análisis de los antígenos en búsqueda de Clamidia. Algunas mujeres pueden tomarse esta prueba ellas mismas con un hisopo y obtener la muestra de una secreción vaginal.

En el caso de los hombres, se obtiene la muestra a través de insertar un hisopo delgado en el extremo de la uretra.

La infección por Clamidia se trata con antibióticos.

En la mayoría de los casos, la infección se cura en una o dos semanas. Durante ese tiempo, es importante abstenerse de relaciones sexuales. Se necesita recibir tratamiento en pareja aunque no presenten signos o síntomas.

Tener Clamidia o haber sido tratado por ella en el pasado, no previene de una nueva infección.

Los efectos de la Clamidia sobre la fertilidad están bien establecidos y se aplican tanto a hombres como a mujeres.

En el caso de los órganos reproductores femeninos, la enfermedad puede causar obstrucción anormal de las trompas de Falopio, impidiendo la captación ovárica. También este padecimiento puede provocar abortos espontáneos, parto prematuro y muerte intrauterina. Aproximadamente una de cada cinco mujeres con Clamidia puede desarrollar "Enfermedad Pélvica Inflamatoria". Aunque esta afección se puede tratar con antibióticos, las pacientes que portan Clamidia pueden ser asintomáticas y no ser diagnosticadas durante un largo período de tiempo, lo que permite que la enfermedad afecte irreparablemente los ovarios, las trompas de Falopio y el útero. La Enfermedad Pélvica Inflamatoria puede provocar embarazos ectópicos, donde el óvulo fertilizado se implanta anormalmente fuera del útero y se desarrolla dentro de una trompa de Falopio (el sitio más común). Los embarazos ectópicos son extremadamente peligrosos y potencialmente mortales.

Los hombres en general no presentan problemas de salud por la Clamidia. Sin embargo, a nivel seminal, puede haber una disminución significativa en calidad y movilidad de los espermatozoides, lo que puede dificultar la concepción. En ocasiones, la Clamidia puede infectar severamente el epidídimo (el tubo por el que se trasladan los espermatozoides), esto puede causar dolor, fiebre e Infertilidad.

La Fertilización In Vitro es una opción para quienes sufren de secuelas causadas por Clamidia. En las pacientes que padecen "obstrucción en las trompas de Falopio", este tratamiento es la mejor opción. El/los óvulo(s) se extrae(n) del ovario, se fertilizan y luego se implantan directamente en el útero. Esto permite evitar cualquier problema que la paciente pueda tener con las trompas de Falopio bloqueadas. También disminuye la posibilidad de embarazo ectópico.

En los pacientes masculinos con antecedente de Clamidia, se puede encontrar alterada la velocidad y la movilidad de los espermatozoides. Por lo que en este caso, puede ser beneficioso tomar los espermatozoides directamente de los testículos en lugar de recolectarlos a través de la eyaculación. Esto mejora significativamente la selección de los espermatozoides para la fertilización del óvulo y posteriormente implantar los embriones generados en el útero.

En algunas ocasiones, existe la posibilidad de que los espermatozoides se vean afectados negativamente por la Clamidia, entre las que se incluye la "fragmentación espermática". En este caso, puede ser aconsejable que el paciente o los pacientes se sometan a un "Examen Genético Preimplantacional" (PGT), para mejorar las posibilidades de éxito en un ciclo de Fertilización In Vitro.

Si el semen del paciente no es el adecuado para su uso después de la infección por Clamidia, siempre existe la opción de utilizar un "donante de banco de semen". Esta puede ser una gran opción en casos extremos donde los espermatozoides se han visto irremediablemente afectados por una infección prolongada.

La infección por Clamidia no tratada, no significa necesariamente que sea imposible para una pareja concebir. Con ayuda del Médico Especialista en Reproducción Asistida, muchos pacientes pueden hacer realidad el sueño de ser padres.